¨La mutación es la clave de la evolución. Nos ha permitido pasar de organismos unicelulares a la especie dominante del planeta. El proceso es lento y normalmente dura miles de años, pero cada determinados cientos de milenios, la evolución da un gran avance¨. Con estas palabras comenzaba a inicios del siglo XXI, concretamente en el año 2000, una de las franquicias cinematográficas de superhéroes más exitosas e importantes de todos los tiempos, X-MEN. El nombre de la cinta, y, que por ende daría lugar a la franquicia mencionada, hace referencia al grupo de mutantes creados por Jack Kirby y Stan Lee en Marvel Cómics, cuyo primer número, ¨X-Men #1¨, vio la luz en septiembre de 1963. No obstante, no fue hasta 1975, cuando este equipo de héroes ganaría popularidad, gracias al relanzamiento de la serie de cómics con el ¨Giant Size X-Men #1¨ de la mano de Len Wein (guion) y Dave Cockrum (lápices). Tras este relanzamiento se continuó la colección mensual a partir de ¨X-Men #94¨, tomando Chris Claremont unos números después las riendas de la serie. Las historias que vinieron posteriormente catapultarían a la fama a los mutantes en Marvel, convirtiéndolos en el grupo de superhéroes más populares e importantes de la editorial a partir de ese momento.
La cinta, guionizada por David Hayter y dirigida por Bryan Singer, narra el enfrentamiento entre ambas ideologías mencionadas, siendo Magneto el villano principal a vencer por los X-Men, el cual pretende convertir a los líderes mundiales en mutantes, gracias a una máquina que emite radiación. No obstante, este necesitará de los poderes de Pícara, una chica que absorbe la energía de todo aquel al que toca (y también los poderes en el caso de los mutantes), para llevar a cabo su plan sin perecer en el intento. Asimismo, y previamente formándose un vínculo entre Pícara y Lobezno (el mutante forajido que la ayuda al comienzo de la historia), será este último el que, con la intervención del resto de X-Men, salve a la adolescente.
La trama, sin ser nada compleja, muestra indicios de grandeza, en especial en el planteamiento de las ideologías de ambos bandos, teniendo un claro mensaje en contra del racismo que sufren los personajes por ser distintos, algo que incluso varias décadas después, se puede extrapolar más que nunca a la sociedad actual, donde sigue habiendo rechazo a según qué personas por el hecho de ser de diferente sexo, etnia, orientación sexual o religión. Es, por ende, en este aspecto donde el filme sobresale gracias a la puesta en escena de situaciones tensas entre humanos y mutantes, reflejándose el tremendo odio que existe entre las dos especies. Sin embargo, como contraparte negativa, la trama se vuelve demasiado predecible en algunos momentos, sobre todo en el tercer acto.
Referente a efectos visuales, el filme destaca positivamente, ya que, pese a que el CGI destaca demasiado en algunas escenas, en líneas generales se mantiene un buen trabajo durante todo el largometraje, habiendo envejecido muy bien este apartado. Mención especial al soberbio trabajo de maquillaje que presenta la cinta, destacando el proceso de caracterización de Rebecca Romijn-Stamos como Mística.
En lo relativo a la banda sonora, esta obtiene el notable alto, pues el compositor Michael Kamen entrega un muy buen producto, teniendo temas que, si bien no llegan a la altura de otros posteriores de la saga, cumplen con su función de acompañamiento, dejando alguna que otra melodía bastante memorable.
En conclusión, X-Men (2000),
es una buena película de superhéroes, que, si bien no es perfecta, debido principalmente
a la simplicidad del guion, lo que ocasiona que la trama sea predecible en
ciertas ocasiones, además de no aprovechar del todo el potencial de algunos de
los personajes del cómic, sí que consigue dar una correcta entrada al espectador
hacia la franquicia. Por otro lado, hay que destacar las excelentes
interpretaciones de Ian McKellen, Patrick Stewart, y Hugh
Jackman. Asimismo, los temas de la historia están muy bien desarrollados,
siendo este el punto fuerte del filme junto con los efectos visuales y la banda
sonora. La suma de todo lo anterior provocó que en ese momento se iniciara el ¨boom¨
del subgénero de superhéroes en el cine del siglo XXI, y a partir de ahí ya
nada volvería a ser igual.
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