El gran evento de DC para este 2019, guionizado por Tom King (Batman), nos cuenta cómo los héroes necesitan ir a un lugar llamado ¨Santuario¨ para poder hablar con una especie de inteligencia artifial, a la que le cuentan sus problemas de doble identidad, así como otras situaciones similares. Todo da un vuelco, cuando en el número anterior, se descubre que han muerto un montón de héroes y no se sabe si ha sido a manos de Harley Quinn o del héroe del futuro, Booster Gold.
Como sucesión del tomo anterior, este que tenemos en nuestras manos, nos relata la que sucede con los personajes, alternando entre diálogos de algunos personajes como Superman y Wonder Woman que se encuentran hablando con dicha inteligencia (en forma de flashback) y momentos en los que no se sabe quién es el verdadero asesino a sangre fría, pues tanto Quinn como Gold creen que han sido el otro.
Referente a la trama, destaca por su brillantez, teniendo las pinceladas necesarias para ir construyendo lo acaecido en ¨Santuario¨, pero sin desvelar demasiado. Se intercalan momentos interesantes, que nos dejan con ganas de más.
En cuanto al apartado artístico, nos presentan un dibujo que le quita el hipo a cualquiera, gracias a la maestría de Clay Mann, teniendo varios momentos excelentes, así como una splash-page deslumbrante. La paleta de colores también sobresale, haciendo una antítesis con la luminosidad de las escenas en contraposición con los eventos que se van desarrollando.
Si todavía no has adquirido este tomo aquí, hazlo ya, pues parece que se va a convertir este evento en un ¨must¨ de la lectura de este año.
Como sucesión del tomo anterior, este que tenemos en nuestras manos, nos relata la que sucede con los personajes, alternando entre diálogos de algunos personajes como Superman y Wonder Woman que se encuentran hablando con dicha inteligencia (en forma de flashback) y momentos en los que no se sabe quién es el verdadero asesino a sangre fría, pues tanto Quinn como Gold creen que han sido el otro.
Referente a la trama, destaca por su brillantez, teniendo las pinceladas necesarias para ir construyendo lo acaecido en ¨Santuario¨, pero sin desvelar demasiado. Se intercalan momentos interesantes, que nos dejan con ganas de más.
En cuanto al apartado artístico, nos presentan un dibujo que le quita el hipo a cualquiera, gracias a la maestría de Clay Mann, teniendo varios momentos excelentes, así como una splash-page deslumbrante. La paleta de colores también sobresale, haciendo una antítesis con la luminosidad de las escenas en contraposición con los eventos que se van desarrollando.
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