Era el año 2018. Había pasado tan solo un año desde la última producción cinematográfica de la franquicia de X-Men de la mano de 20th Century Fox. Esta última cinta no era otra que Logan, la película que daba por terminada la etapa de Hugh Jackman en el papel del mutante con garras de adamantium más famoso de Marvel Comics. Un año después, se estrenaría en cines de casi todo el mundo la secuela del "Mercenario Bocazas", nuevamente interpretado por Ryan Reynolds, aunque esta vez con David Leitch (director de la primera cinta de la aclamada John Wick) en la dirección, debido a diferencias creativas entre Reynolds y Tim Miller, el director de la anterior entrega. Siendo esta vez una película más ambiciosa y grande, ¿sería esta una digna secuela o no estaría a la altura de las expectativas?
La historia principal (guionizada
por Rhett Reese, Paul Wernick y el propio Ryan Reynolds)
cuenta cómo Deadpool tiene que detener a un niño a punto de asesinar a
un supremacista anti-mutantes, mientras se encuentra a sí mismo tras la muerte
de su novia Vanessa. Cabe decir que en materia narrativa se halla en la
misma línea que su antecesora, debido a que la trama sencilla llena de humor a
raudales, consigue, junto con el buen desarrollo de personajes, crear una
historia divertida y con menos saltos temporales que en la anterior. No
obstante, hay partes donde el exceso de humor es contraproducente, lo que,
sumado a la gran cantidad de personajes que hay en esta cinta, hace que el
inicio de la película sea lento y algo aburrido.
Los personajes siguen la estela
del filme pasado, pues nuevamente regresa el intrépido Ryan Reynolds a
interpretar al protagonista más parlanchín de la franquicia mutante. Del mismo
modo, el resto de actrices y actores secundarios vuelven una vez más a
acompañar a la estrella, siendo un elemento que sin duda es de destacar, debido
a la excelente química que hay entre todo el elenco. A su vez, la inclusión de Josh
Brolin como Cable, un atormentado viajero del tiempo en busca de venganza,
le da más carisma a la cinta, además de servir para acompañar el peso actoral
del protagonista en materia de secuencias más superheroicas. Junto con este, Zazie
Beetz se une también a Deadpool como Dominó, para equilibrar
la balanza de los dos anteriores. Por otro lado, el villano de la película es
bastante predecible e insulso, siendo la parte que, al igual que en la
anterior, flojea más en todo el conjunto.
Referente a los efectos
especiales y secuencias de acción, hay que aplaudir el trabajo realizado, pues
pese a no tener los mejores efectos, son bastante solventes y cumplen con su
función, sirviendo casi principalmente como un acompañamiento, debido a que
está casi todo realizado con efectos prácticos, lo cual ayuda a hacer más
creíble la historia. No obstante, el aumento del presupuesto permite que se
realicen secuencias digitales más interesantes y propositivas que en la primera
parte, aunque bastante más notorias de distinguir.
En relación a la banda sonora,
hay que dar nuevamente un punto positivo, pues presenta temas solventes y
reconocibles, teniendo otra vez más, una entrega de la franquicia con un
apartado sonoro muy cuidado. En esta ocasión, el encargado fue Tyler Bates
debido a la partida de Junkie XL del proyecto tras la marcha de Tim
Miller.
En conclusión, Deadpool 2
es una buena película que, si bien tiene una historia muy simple, el humor la
ensalza junto con el elenco de personajes y actores, los cuales hacen un
excelente trabajo y se nota que se lo pasan de maravilla participando en el
proyecto. A su vez, la banda sonora y los efectos y secuencias de acción son
muy buenos, aunque estos últimos pecan en algunos casos de ser demasiado
ambiciosos, lo que, junto con un exceso de humor, entorpece algunas partes de
la película. Sin embargo, nada de esto es lo suficientemente grave como para
hacer que la secuela sea un producto inferior a la primera entrega.
Comentarios
Publicar un comentario